Por cada célula que hay en nuestro cuerpo, tenemos 1000 microbios de distintas clases que proliferan en la boca, los oídos, la piel, los órganos genitales y, sobre todo, en los intestinos.

En un adulto, la cantidad de microbios se aproximan a los 100 billones. La mayor parte de estos microbios son inofensivos y aparentemente pasivos. Algunos nos resultan útiles y solamente una minoría son peligrosos: los microbios patógenos, es decir, los que causan enfermedades.